viernes, 8 de febrero de 2008

TUPAC AMARU HEROE POPULAR REVOLUCIONARIO

TUPAC AMARU HEROE POPULAR REVOLUCIONARIO

Un viernes 18 de mayo de 1781, en la plaza del Cuzco, la barbarie sanguinaria del colonialismo español, odio ciego propio de los sistemas condenados a muerte, se cebaba con sádica crueldad en el más grande héroe popular que ha producido nuestro pueblo: José Gabriel Tupac Amaru.

Nuestra patria entonces oprimida por España, como hoy por los Estados Unidos, padecía la brutal explotación hispana, opresión doblegada duramente a nuestras masas populares, especialmente al campesinado, esto es alas inmensas mayorías indígenas que morían en los repartimientos, en las minas y en los obrajes, masas que con su sudor, unido al de sus hermanos de América, sostenían la opulencia decadente del imperio español; el colonialismo hispano a través de tres siglos de explotación se hundía en la crisis general de sus putrefacto imperio y “sudaba sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza”, la sangre de los millones de indígenas que habían torturado a través de siglos.

Contra esta pesadilla de sangre y explotación se levanto Tupac Amaru. Las masas campesinas cansadas de tanta opresión, y no teniendo mas camino para hacer valer sus derechos, empuñaron las armas y se atrevieron a luchar; en Tinta encendieron el foco revolucionario que se extendió rápidamente amenazando de muerte al colonialismo español. Y este gran fuego revolucionario tuvo una antorcha gloriosa que aun hoy, pasados ciento setenta y cinco años, y pese a toda una infame conspiración del silencio y mixtificación que se ha levantado en su contra, sigue ardiendo y viviendo en el corazón de nuestro pueblo oprimido y seguirá hasta que la revolución peruana destruya a los explotadores de ayer y de hoy y redima a nuestro pueblo todavía oprimido.

Esta ya bastante claro, pese a toda la mentira tejida y a toda la tergiversación reaccionaria, el profundo contenido social del movimiento tupacamarista: extinción de corregimientos, destrucción de obrajes, de mitas y cancelación de tributos, alcabalas y demás cargas que España imponía a nuestro pueblo, así como la ofrecida libertad de los esclavos, muestra grandiosa de la concepción social del movimiento. Por otro lado, esta esclarecido el pensamiento político que guiaba a Tupac Amaru y a sus seguidores, pensamiento político que se va mostrando con cautela y prudencia al principio, para no asustar a los timoratos, hasta expresar sus claras ideas separatistas de España después de la consecución de sus resonantes triunfos en el sur peruano. Todas estas características, la magnitud y repercusión continental de la insurreccional de 1780 hacen de este levantamiento el mas grande movimiento social de la América Colonial, movimiento sin igual, aun hoy, y cuya grandeza e importancia recién nuestro pueblo empieza a comprender y a asimilar, ahora, precisamente, cuando nos hallamos en la encrucijada histórica de luchar hasta el fin por nuestra Liberación Nacional.

En esas circunstancias. ¿Qué lecciones podemos sacar de la insurrección de 1780 y de Tupac Amaru?

EN PRIMER LUGAR, la insurrección de Tupac Amaru fue un inmenso levantamiento campesino en el cual las más oprimidas de nuestro pueblo, las capas más pobres de nuestro campesinado se atrevieron a combatir y nos dieron el mayor levantamiento campesino de nuestra historia. Este movimiento nos muestra a las claras el poder y pujanza de la lucha campesina y es, junto con los otros levantamientos cajm0pesinos de nuestra historia, experiencia propia que nos debe servir para nuestras acciones futuras, a la vez que es fuente de inspiración revolucionaria, aliento y confianza en el poder combativo de nuestro pueblo.

EN SEGUNDO LUGAR, fue una lucha llevada con las armas en la mano; el campesinado encontró que frente a la opresión colonial española, como frente a cualquiera otra, la única forma de hacer valer sus derechos, conquistar sus reivindicaciones y defenderlas es oponiendo la violencia revolucionaria a la violencia reaccionaria; las masas campesinas comprendieron, a través de sus infructuosas luchas contra la explotación feudal que imponía el colonialismo español, que no tenia mas camino que armarse para acabar con toda la odiosa explotación que los sumía en una ignominia de siglos.

EN TERCER LUGAR, el movimiento insurreccional, a través de sus dirigentes, particularmente Tupac Amaru, busco nuclear a todos los que sufrían explotación y opresión, por eso llamo a cerrar a filas a los mestizos y criollos e incluso, lo que fue visión política magistral, llamo a los negros ofreciéndoles la libertad. De esta forma se pretendía aislar al enemigo mas odiado y reducirlo en numero, los españoles que ejercían y representaban el poder colonial hispano.

EN CUARTO LUGAR, la insurrección tupacamarista no se constriño a los limites del virreinato peruano, sino que trascendió al Alto Perú (Bolivia), a la Argentina de hoy, a Quito, a Nueva Granada (Colombia y Venezuela) y aun sus ecos llegaron hasta México. De esta forma unió a los pueblos Hermanos de la América Central infundiendo calor a sus propias luchas, pues el destino de todos nuestros pueblos estaba unido porque era su enemigo común, la España colonial de entonces, como hoy lo es el imperialismo norteamericano.

EN QUINTO LUGAR, que el pueblo a través de sus luchas crea y produce a sus dirigentes y conductores, los que son tales porque le sirven consecuentemente y decididamente, y porque son los mas fieles intérpretes de los intereses populares.

Y, FINALMENTE, revela la bárbara y despiadada represión que son capaces de desatar las clases explotadores de todas las épocas de la historia, cuando ven amenazado su poder e intereses.

Estas son algunas de las lecciones históricas básicas que debemos extraer del inconcluso movimiento tupacamarista.

Y esta grandiosa insurrección de 1780 tuvo un jefe y conductor extraordinario, un recio hijo de la fuerte e indestructible raza de los explotados en eterna lucha contra los explotadores: José Gabriel, Tupac Amaru. De las llamas mismas de la lucha insurreccional surge imbatible la figura heroica de Tupac Amaru para alumbrar nuestro camino revolucionario a despecho del tiempo, y latir pujante en el corazón invicto de nuestras masas que reinician su largo proceso revolucionario. Tupac Amaru se levanta hoy ante nuestros ojos como ejemplo nítido y contundente de firmeza y decisión revolucionaria; su vida muestra su dedicación absoluta a su causa, a la sagrada causa de servir de todo corazón al pueblo, a su pueblo oprimido y humillado que aun espera la hora de su redención concreta y real. Tupac Amaru es hoy para todo revolucionario un vivido ejemplo al que hay que emular en integridad, firmeza, consecuencia, decisión y combatividad revolucionarias; incluso, su conducta en prisión ante la siniestra tortura colonial, similar a los “científicos” métodos de hoy, es insuperable ejemplo de comportamiento revolucionario: antes sucumbir que delatar. La muerte misma Tupac Amaru nos muestra claramente el odio despiadado y ciego que tienen todos los reaccionarios a los luchadores consecuentes y, ayer como hoy, a los extremos de sangrienta barbarie de que son capaces de llegar para destruir a los combatientes revolucionarios y borrar su luminoso ejemplo; pero, precisamente, la muerte de Tupac Amaru nos demuestra como los héroes populares surgen indestructibles mientras sus victimarios son lapidarios bajo la montaña de sus propias iniquidades.

Por ello, este nuevo aniversario de la muerte e inmolación de José Gabriel, Tupac Amaru todos los revolucionarios y progresistas debemos recordar, meditar y extraer las lecciones históricas aplicables a nuestro proceso revolucionario para que nuestra misma historia patria nos sirva de ejemplo y fuente de inspiración y para que sintamos más fuertemente el poder revolucionario profundo que encierra nuestro pueblo. También nos debe hacer pensar esta fecha en la necesidad de estudiar nuestra historia desde el punto de vista clasista proletario para encontrar las raíces mismas de nuestra nacionalidad oprimida y las fuentes ocultas del poder inconmensurable del pueblo, poder que todos los revolucionarios estamos llamados a despertar y canalizar para barrer con toda la opresión y explotación que aun soporta nuestra patria y así culminar con nuestro incontenible proceso revolucionario.

Por ultimo, sirva este aniversario para recordar como hasta hoy no se ha hecho justicia a nuestro más grande héroe popular, y es que los explotadores actuales, descendientes de los de ayer y su nuevo amo yanqui, nunca podrán elevar a un héroe popular al sitial que le corresponde; solo cuando el pueblo peruano triunfe, conquistando el poder para las masas oprimidas, Tupac Amaru ocupara e lugar que le corresponde e n nuestra historia y esto porque solo el pueblo puede reconocer y exaltar a un héroe surgido de sus propias entrañas revolucionarias.

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